Loco de rabia y despecho,
resolví en cierta ocasión,
abrir a mi amada el pecho
y arrancarle el corazón.
Así sabré dije fiero,
si el corazón de la ingrata
que sin piedad me maltrata,
es de piedra o de acero.
La aceché, luego sin calma
y con un largo puñal
rasgué el seno virginal
de aquella mujer sin alma.
Y cuando a mis pies la ví,
un grito horrible lancé
¡ y mis manos sepulté,
en la herida que le abrí !
Busqué, luego, temerario
dentro de su pecho impío
y su pecho estaba frío,
como el fondo de un osario.
Busqué…, busqué con tesón
y no hallé lo que buscaba;
¡ la mujer que tanto amaba,
no tenía corazón !
Autor: Federico Barreto Bustíos, poeta peruano (1862-1929).
Espero que te haya gustado este poema que he seleccionado para tí.
Patricia
Debe estar conectado para enviar un comentario.